Érase una vez un castillo, en el barrio de Sarrià, llamado CAS.
En él, se juntaban muchos príncipes y princesas para jugar a cartas, cenar, ensayar, hacer festivales, hablar o simplemente verse.
Un buen día, un dragón llamado COVID hizo que no se pudiera visitar el CAStillo, ni éste ni ningún otro, y que todas las personas tuvieran que quedarse dentro de sus casas, sin poder ver al resto.
En ese tiempo de separación, nuestra Corte Real intentó luchar contra COVID bailando, cantando y tocando jota, con partidas de guiñote en casa, videollamadas, haciendo dibujos, jugando, cuidando a las personas enfermas, limpiando, conduciendo… y los príncipes y princesas más valientes, hasta subieron al cielo a encender luces nuevas.
Un buen día, una nueva “Agustina de Aragón” llamada Sanidad consiguió dormir al dragón y entregó una bonita rosa al Rey Mauro, como representante de todo el CAStillo. Ese día, se volvieron a abrir las puertas, se volvió a jugar, a ensayar, a cenar de alforja, a abrazarse. Ese día se brindó por las princesas y príncipes que habían luchado en primera línea, y por aquellas que habían encendido las luces más brillantes en el cielo. Ese día se brindó por volver a encontrarse, por la amistad, por el amor, por los reencuentros.
Y ese día está cerca…
¡Feliz San Jorge! ¡Feliz Sant Jordi!
Dedicado a quienes nos alumbran ahora desde arriba
Texto : Natalia Paricio – Dibujo : Marta Castillo